Expertos proponen desarrollos en bioenergía para solucionar la problemática del sargazo en el caribe mexicano
El sargazo es una macroalga marina que flota en la superficie del océano y que en su equilibrio ecológico sirve como hábitat importante para muchas especies marinas, ya que proporciona alimento, sombra y refugio de peces, camarones, cangrejos y tortugas, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Sin embargo, durante el último año se han visto cantidades atípicas de esta alga, proveniente del Mar de los Sargazos, ubicado en el océano Atlántico y el Triángulo de las Bermudas, entre Puerto Rico, Miami y las islas Bermudas. Además, de un nuevo origen: el norte del ecuador terrestre, donde el sargazo se acumula frente a la costa de Brasil para adentrarse en el Caribe.
El reciente crecimiento excesivo del sargazo se debe a múltiples factores como el aumento de la temperatura del agua, las corrientes marinas y los vientos.
Además, el aumento de residuos orgánicos de todo tipo se han convertido en nutrientes que fertilizan el sargazo, lo que da como resultado su rápido crecimiento, al grado de duplicar su biomasa cada 18 días, algo que "rebasa por mucho el equilibrio ecológico .
El sargazo es un indicador de la creciente contaminación y aumenta hasta cien veces los daños ocasionados directamente por la actividad humana en los mares y costas caribeñas, en donde hay asentamientos irregulares y malos tratamientos de aguas negras y grises.
En septiembre de 2015 se contabilizaron 2,500 metros cúbicos de sargazo por kilómetro de playa, mientras que en 2018 se juntaron aproximadamente 275,000 metros cúbicos en seis kilómetros de playa de Puerto Morelos, según datos del ICML. Disminuir las afectaciones producidas por estas algas son una prioridad en la costa. Su aprovechamiento como residuos para la generación de biogás y biofertilizantes podría ser una respuesta efectiva en proyectos de mediana y gran escala.
Antes el sargazo no era un problema como lo es ahora, justamente el cambio climático afecta la extinción de algunas especies y sobreproducción de otras, que es exactamente lo que sucede con el sargazo, a zonas de playa de Quintana Roo llegan toneladas y toneladas de sargazo. El Gobierno allí inicialmente tiene que lidiar con el problema de recolección a tiempo para no padecer los olores terribles que genera el sargazo al descomponerse. Es un problema tan grave que se necesita no solo un tratamiento adecuado, sino una gestión y revalorización integral que abarque desde su recolección hasta transformación y disposición final. En ese caso, hablamos de que se puede transformar en biogás para la generación de energía eléctrica, térmica, biocombustibles o biofertilizantes.
Ya existen experiencias en la zona con proyectos en pequeña escala. Entre ellos, en el ámbito educativo el Instituto Tecnológico de Felipe Carrillo Puerto quienes ya cuentan con iniciativas para que se pueda aprovechar el sargazo para biodiesel.
Por el lado privado, expertos en centrales de biogás han opinado poder producir fertilizantes a través de un digestor.
La solución que ofrecen es portable. Y si bien aún están en fase de investigación, sobre el potencial de biometanizacion del Sargaso (como monosustrato o en codigestión), pero para realizar los estudios en detalle es necesario contar con fondos.
Por su parte Óscar Álvarez, subsecretario de Ecología y Medio Ambiente de Quintana Roo, indicó en el primer trimestre del año que se complica impulsar nuevas medidas desde el Gobierno:
“Para obtener los recursos el Congreso de la Unión tendría que incluirlos en el presupuesto que año tras año se le otorga a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, a la zona federal marítimo terrestre o alguna otra dependencia gubernamental, pues mientras no esté en la legislación no puede asignarle fondos, y dependemos únicamente del dinero del Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden) o de lo que aporten los hoteleros”.
Contar con fondos permitiría llevar además proyectos de generación a otra escala mayor que es la que requiere hoy este tipo de problemática creciente.
De acuerdo con la Universidad del Sur de Florida (USA), “de junio a julio de 2019 puede ser inferior al de junio a julio de 2018. Sin embargo, este transporte seguirá siendo superior a la mayoría de los «años de Sargazo» anteriores durante el mismo mes. Para el verano de 2019, debido a las altas cantidades de Sargazo en el Centro oeste atlántico (CWA) en mayo de 2019, una gran cantidad de Sargazo (comparable a la segunda cantidad más grande en el verano de 2015) en el Mar Caribe (CS) y el Golfo de México es una alta posibilidad”.